Siendo uno de los países más afectados por la crisis europea, Grecia permanece como incógnita para los analistas económicos y políticos de todo el mundo. No es algo nuevo: el país de los Balcanes comenzó con su primera crisis en 2008 pero, a diferencia de otros rincones del continente o el mundo, todavía no pudo salir.
Con ese telón de fondo, tuvieron lugar los comicios legislativos donde Alexis Tsipras, líder de Syriza, ganó por claro margen. El espacio oficialista sacó el 35 por ciento de los votos contra el frente conservador Nueva Democracia, que obtuvo el 28 por ciento con el 60 escrutado oficialmente y reconoció la derrota rápidamente.
El tercero en discordia, aunque ganador a su manera, fue el más modesto Amanecer Dorado, con 7,1 por ciento de los sufragios.
Tsipiras todavía no muestra sus cartas. Sólo se limitó a repetir la historia conocida, que Grecia enfrenta "un camino difícil hacia la recuperación que sólo se conseguirá con trabajo duro". Precisiones, muy pocas.
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